Remontada del Sporting en Mallorca

Todo empezó con un inicio poco prometedor en el que el Sporting se dejó avasallar por un rival que no le superaba en potencial. Fue un cuarto de hora muy malo, que pudo costarles el partido. El equipo no reaccionó hasta que se vio por detrás en el marcador. El gol del Chori Castro le ponía muy complicado el partido al Sporting. Sin embargo, fue todo lo contrario. Ese tanto fue el interruptor que encendió a los rojiblancos.
   No fue tan inmediato como un click, sino que el Sporting fue creciendo poco a poco hasta terminar por comerse a su rival. Dos arrancadas de Trejo y, sobre todo, una falta lanzada por De las Cuevas, anunciaron al Mallorca que la noche no sería tranquila. La tormenta final la desató Barral, André Castro se fue al suelo al notar un manotazo de Bigas. El Mallorca tiró la pelota fuera para que atendieran al luso y Barral pareció ir a devolverla, pero lo hizo con una vaselina que superó a Aoate y rozó el poste de su portería. La tangana fue inmediata y se repitió camino de los vestuarios llegando a cruzarse empujones entre los entrenadores. Barral ya no salió de la caseta sustituido por unos presuntos problemas estomacales, pero el lío encendió al Sporting.
Los rojiblancos salieron más que enchufados al segundo tiempo. Lora, que había estado muy desdibujado en el primer tiempo, ganó la línea de fondo y puso un balón medido al segundo palo. Bilic remató ganandole la partida a Pau Cendrós y Joao Víctor. El croata corrió al banquillo para celebrarlo con Cuéllar. No es para menos.
Tras el empate, ambos equipos intercambiaban golpes y el Sporting pareció encontrarse mucho más cómodo. Así siguieron las cosas hasta que De las Cuevas dio un paso al frente para dinamitar el partido. El alicantino midió a Bigas y le hizo un autopase, justo antes de poner uno de esos centros rasos y paralelos a la línea de gol que aparecen en las peores pesadillas de cualquier defensa central. Fue un centrocampista adaptado por Caparrós al eje de la zaga, Joao Víctor, quien se encontró el pastel y no acertó a despejarlo.

Los jugadores del Sporting celebrando la victoria.

El Sporting completó así su primera remontada de la temporada y se encomendó a la Santina para resistir hasta el pitido final. Lo consiguió, aunque no sin apuros. La Vírgen tuvo que intervenir para desviar un disparo de Pina que se estrelló en el poste y se fue fuera tras rebotar en Juan Pablo.
Una vez más, el Sporting regresa victorioso de Mallorca. La victoria de ayer refuerza la confianza de un equipo que necesitaba sentirse capaz de ganar. Ahora que se ha encontrado el camino, conviene no hacer experimentos y mantener la velocidad de crucero. Se trata de seguir sumando y sumando, para alejarse de una zona caliente que amenaza al más pintado. O que se lo pregunten al Villarreal.