
Los dos se han mostrado encantados de volver a reunirse para participar en una competición que discurre por carreteras abulenses y que se prolongará hasta el sábado por la tarde con 78 participantes de varios países.
Sainz ha reconocido a los periodistas que su reencuentro con Moya le hace "mucha ilusión" y "ganas" de volverse a ver, porque "hacía tiempo" que no se veían y "qué mejor motivo que un rally de este tipo para recordar anécdotas y charlar recordando viejos tiempos".
El piloto ha dicho haber "disfrutado mucho" durante los días que han servido de entrenamiento para preparar esta prueba que este año estrena su condición de carrera puntuable para el Campeonato de Europa en la modalidad de velocidad.
"A los dos o tres kilómetros del primer tramo, tanto él como yo... lo hemos hecho tantas veces y hemos realizado tantos kilómetros que no se olvida, es una cosa que sale natural", ha comentado Carlos Sainz.
"Me hace una ilusión tremenda", ha apuntado el copiloto, quien ha comentado que su compañero "sabe" que "siempre que quiera" estará "encantado y dispuesto" a volver a compartir vehículo con él.
Al respecto, se ha mostrado convencido de que se le va a hace "corto el rally", ya que se lo está pasando "tan bien, que se hará cortito".
Carlos Sainz ha corroborado que la compenetración entre ambos es "igual que antes", ya que a su juicio resulta "imposible" perderla después de "tantos años juntos". De hecho, ha explicado que "a los cinco minutos ya era como hace diez años, exactamente igual" y "no hay ningún problema".
Sin embargo, sí ha comentado que "lo que más se extraña" es el coche, un Porsche 911 SC, ya que "es como volver 25 o 30 años atrás" y con vehículos con los que "nunca había corrido"."Lo más difícil de todo es conducir coches de estas características", ha apuntado, antes de señalar el contraste que supone el hecho de haber estado probando la semana pasada un Polo, "el coche más moderno en rallies".
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