Una vez más, Škoda Motorsport ha decidido aplastar de raíz cualquier atisbo de guerra civil.
Es cierto que el año pasado, cuando nada menos que cinco pilotos -hubiesen sido seis si Peugeot Sport no hubiera decicido descartar de la final a Bryan Bouffier- desembarcaron en Chipre con opciones de ganar el IRC, la marca checa decidió incluir también en la batalla decisiva a Juho Hänninen (proclamado entonces Campeón de la Copa del Mundo S2000), para colocar sobre el tablero cuatro peones (el finlandés, Kopecký, Mikkelsen y Loix) y tener así más probabilidades de ganar el título y hacerle jaque mate al único irreductible de Peugeot, el joven belga Thierry Neuville.
Pero, en cambio, en 2010 quisieron evitar una posible lucha fratricida entre los suyos dejando fuera del Rallye de Escocia a Kopecký aunque aún mantuviera opciones de ganarle el campeonato a su compañero Hänninen, quien, sin el checo de por medio, pudo sentenciar la corona desprovisto de toda presión.
Y, dos años más tarde de aquéllo, después de vivir algunas guerras internas (especialmente crítica la de Irlanda) esta temporada, fiel reflejo del indiscutible dominio que han ejercido en el IRC, han vuelto a decantarse por esa vía conservadora.
De esta forma, ni Kopecký ni Hänninen, los únicos que aún podrían comprometer el título de Mikkelsen (figuran a 35 y 43 puntos de distancia, respectivamente, del noruego, a pesar de haber disputado seis rallyes Jan y cinco Juho por nueve de su compañero), van a tener la oportunidad de disputarle el campeonato al joven representante de Škoda-UK en los caminos de la isla donde les dejó en evidencia el pasado año.
Por tanto, Mikkelsen aterrizará la próxima semana en Chipre -la isla donde se hizo hombre el pasado año a pesar de que llorase luego como un niño, invadido por la emoción de haber conseguido el título-, sabiendo de antemano que el segundo entorchado del Intercontinental Rally Challenge va a ser para él.
Es cierto que el año pasado, cuando nada menos que cinco pilotos -hubiesen sido seis si Peugeot Sport no hubiera decicido descartar de la final a Bryan Bouffier- desembarcaron en Chipre con opciones de ganar el IRC, la marca checa decidió incluir también en la batalla decisiva a Juho Hänninen (proclamado entonces Campeón de la Copa del Mundo S2000), para colocar sobre el tablero cuatro peones (el finlandés, Kopecký, Mikkelsen y Loix) y tener así más probabilidades de ganar el título y hacerle jaque mate al único irreductible de Peugeot, el joven belga Thierry Neuville.
Pero, en cambio, en 2010 quisieron evitar una posible lucha fratricida entre los suyos dejando fuera del Rallye de Escocia a Kopecký aunque aún mantuviera opciones de ganarle el campeonato a su compañero Hänninen, quien, sin el checo de por medio, pudo sentenciar la corona desprovisto de toda presión.
Y, dos años más tarde de aquéllo, después de vivir algunas guerras internas (especialmente crítica la de Irlanda) esta temporada, fiel reflejo del indiscutible dominio que han ejercido en el IRC, han vuelto a decantarse por esa vía conservadora.
De esta forma, ni Kopecký ni Hänninen, los únicos que aún podrían comprometer el título de Mikkelsen (figuran a 35 y 43 puntos de distancia, respectivamente, del noruego, a pesar de haber disputado seis rallyes Jan y cinco Juho por nueve de su compañero), van a tener la oportunidad de disputarle el campeonato al joven representante de Škoda-UK en los caminos de la isla donde les dejó en evidencia el pasado año.
Por tanto, Mikkelsen aterrizará la próxima semana en Chipre -la isla donde se hizo hombre el pasado año a pesar de que llorase luego como un niño, invadido por la emoción de haber conseguido el título-, sabiendo de antemano que el segundo entorchado del Intercontinental Rally Challenge va a ser para él.
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